Pekín, una ciudad cargada de historia y cultura, es un tesoro de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. China es el segundo país del mundo con mayor número de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad, por lo que un viaje por Pekín permite vislumbrar los profundos relatos históricos y las maravillas arquitectónicas del país.

La Gran Muralla

Emblemática de la grandeza histórica de China, la Gran Muralla, erigida principalmente durante la dinastía Ming, se extiende por cumbres que abarcan al menos 5.000 kilómetros. Los visitantes acuden a sus tramos más impresionantes cerca de Pekín. Entre ellos están el popular Badaling, el desafiante Jinshanling y el favorito de muchos: el pintoresco Mutianyu. Accesible desde Pekín en una hora, la grandiosidad de la Gran Muralla es universalmente reconocida.

Ciudad Prohibida

En pleno corazón de Pekín se encuentra la Ciudad Prohibida, epicentro imperial durante 500 años y la mayor colección del mundo de antiguas estructuras de madera conservadas. Este símbolo de la soberanía china, que se extiende a lo largo de 180 acres y cuenta con 900 edificios reales, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987 y sigue cautivando a más de 15 millones de visitantes al año.

Palacio de Verano

El Palacio de Verano se despliega como un extenso parque real repleto de exuberantes jardines, templos sagrados y majestuosos palacios. Entre sus atracciones más destacadas figuran la imponente torre de la Colina de la Longevidad, la magnífica columnata del Corredor Largo junto al lago de Kunming y la ornamentada Barca de Mármol, todas ellas razones por las que este lugar ostenta el título de la UNESCO.

Templo del Cielo

El Templo del Cielo, una reliquia histórica clave de 1420, ilustra las costumbres religiosas tradicionales de China, en las que los emperadores solicitaban bendiciones celestiales para obtener cosechas abundantes. La llamativa estructura circular del templo resalta su singularidad arquitectónica, consolidando su lugar en la lista de la UNESCO desde 1998.

Tumbas Ming

Las Tumbas Ming, situadas al norte de Pekín, son un conjunto de mausoleos en honor a trece emperadores chinos. Del extenso complejo, las tumbas de Changling, Dingling y Zhaoling están abiertas a la admiración pública. La Vía Sagrada, que conduce a las tumbas, está flanqueada por majestuosas estatuas de animales, que sumergen al visitante en el ambiente de la China imperial.

El Gran Canal

El Gran Canal, que une Pekín y Hangzhou, es una de las vías fluviales más notables construidas por el hombre. Integrado en la vitalidad económica desde la dinastía Sui, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2014, y ser testigo de cerca de su grandeza es una experiencia gratificante para cualquier visitante de Pekín.

Yacimiento del Hombre de Pekín en Zhoukoudian

El sistema de cuevas de Zhoukoudian, situado al sur de Pekín, desempeñó un papel fundamental en los estudios arqueológicos, albergando hallazgos clave como el fósil de Homo erectus conocido como Hombre de Pekín. Estos hallazgos ampliaron significativamente los conocimientos sobre la evolución humana, y el propio yacimiento, junto con un museo educativo, constituye una atracción irresistible.

Estación de montaña de Chengde

Más lejos, el complejo de montaña de Chengde, un santuario de verano imperial de la dinastía Qing, ocupa una extensa extensión de terreno, rebosante de palacios, templos y lugares pintorescos. Lo más destacado del complejo es el magnífico templo Putuo Zongcheng, que emula el palacio Potala del Tíbet, y el templo Puning, con su estatua récord de Avalokiteśvara.