El rico tapiz de la historia de China se muestra en sus templos milenarios, que exhiben una intrincada mezcla de influencias budistas, confucianistas y taoístas, así como un esplendor arquitectónico inconfundible. Desde serenas moradas tibetanas hasta grandiosos edificios imperiales, estos templos chinos son incomparables y cautivadores.
Templo del Cielo, Pekín
El Templo del Cielo de Pekín es una sinfonía de brillantez arquitectónica con un pasado histórico. Fundado por el emperador Yongle en el siglo XV, que también fundó la Ciudad Prohibida, sirvió de centro ceremonial para las plegarias imperiales por una cosecha próspera. El complejo del templo es famoso por su singular estructura circular y su inmenso significado cultural, lo que lo convierte en una visita obligada en la capital.
Templo de Lingyin, Hangzhou
En los exuberantes alrededores del Lago del Oeste, en Hangzhou, el Templo Lingyin o "Templo del Retiro del Alma" es un faro del budismo. Con orígenes que se remontan al siglo IV, este templo, reparado y reconstruido a lo largo de muchas épocas, es hoy uno de los mayores y más venerados lugares budistas de China, famoso por las grutas de Feilai Feng, con sus antiguas e intrincadas tallas budistas.
Templo Shaolin, Luoyang
Cerca de Luoyang se encuentra el famoso Templo Shaolin, cuna del kung fu Shaolin. Desde el siglo VI, este templo budista ha sido un refugio para los monjes guerreros y las artes marciales. El templo también es reconocido por su Bosque de Pagodas, un conjunto certificado por la UNESCO de más de 200 pagodas históricas que sirven de tumbas monásticas.
Templo Colgante, Datong
El asombroso Templo Colgante de Hengshan, cerca de Datong, desafía a la gravedad, aferrado a la ladera de un acantilado desde los tiempos de la dinastía Qin. Este templo honra de forma única la trinidad de religiones chinas: Budismo, Taoísmo y Confucionismo. Su magnífica aunque precaria construcción le ha valido un lugar entre las maravillas arquitectónicas más espectaculares del mundo.
Templo Nanshan, Sanya
En medio del esplendor tropical de Hainan, se alza el Templo Nanshan con una estatua de Buda Guan Yin de 108 metros de altura que domina el paisaje. Fundado en 1988, el templo encapsula dos milenios de budismo en China, presentando un magnífico conjunto contra el encantador telón de fondo de la isla.
Templo de Jokhang, Lhasa, Tíbet
El templo Jokhang de Lhasa, núcleo espiritual del budismo tibetano, es un lugar de profunda veneración y el epicentro de la vida religiosa tibetana. Alberga estatuas simbólicas de los orígenes del budismo tibetano y su estilo arquitectónico único fusiona la estética tibetana, nepalesa e india.
Templo del Caballo Blanco, Luoyang
Cerca de Luoyang, el Templo del Caballo Blanco ostenta la distinción de ser el santuario budista más antiguo de China, ya que data del año 68 d.C.. Envuelto en leyendas e impregnado de historia, es un icono del aprendizaje religioso y cuenta con raras estatuas antiguas y espléndidos jardines, especialmente vibrantes durante el Festival anual de la Peonía.
Templo Lama, Pekín
El Templo Lama de Pekín, o Templo Yonghe, combina la santidad espiritual con las raíces imperiales y es un importante monasterio budista tibetano. Conocido por albergar un Buda Maitreya de 18 metros de altura tallado en un solo bloque de madera, la grandiosa arquitectura del templo y sus objetos religiosos ofrecen un tranquilo retiro en el corazón de la ciudad.
Templo de Confucio, Qufu
En Qufu, Shandong, el Templo de Confucio conmemora al célebre sabio Confucio, encarnación de las influyentes enseñanzas confucianas. Como templo confuciano más extenso de China, su vasto complejo incluye 500 salas que reflejan la enormidad de la tradición y su impacto en la cultura china.
Templo Da Ci'en, Xi'an
El templo Da Ci'en de Xi'an, que alberga la famosa Pagoda del Gran Ganso Salvaje, muestra más de mil años de historia y tradición budistas. Fundado por el ilustre monje Xuanzang, que introdujo la tradición budista Yogacara, este templo sigue siendo una piedra angular de la práctica espiritual y la belleza arquitectónica.
Estos fascinantes templos ilustran la profunda riqueza histórica y cultural de China y constituyen una experiencia indispensable para quienes exploran el patrimonio espiritual del país.